Los llamados a la calma se multiplicaron ayer, en un contexto de enfrentamiento verbal entre Washington y Teherán, donde una marea humana de duelo exigió vengar al general Qasem Soleimani, asesinado por Estados Unidos con un dron en Bagdad. Después de que el presiente estadunidense, Donald Trump, amenazara el sábado con atacar 52 sitios de Irán, su homólogo iraní Hasan Rohani le lanzó una advertencia este lunes: “no amenace nunca a la nación iraní”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al término de una reunión extraordinaria, instó a Teherán a evitar “más violencia y provocaciones”. Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE debían celebrar una reunión sobre la crisis de los dos países enemigos el viernes, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, les pidió que sigan “la vía de la moderación”. Por su parte, el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian, apuntó que Teherán debería “renunciar a las represalias” contra Washington. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a los dirigentes del mundo “moderación máxima” y “retomar el diálogo” para “detener la escalada» de tensiones internacionales.
“Vivimos en tiempos peligrosos. Las tensiones geopolíticas están en su nivel más alto del siglo y las turbulencias aumentan”
– Guterres en una declaración solemne en la sede de las Naciones Unidas.
En otro frente, Irán anunció una nueva reducción de sus compromisos incluidos en el acuerdo sobre su programa nuclear, firmado en 2015, para garantizar la naturaleza exclusivamente civil de las actividades nucleares de la República Islámica, un pacto que quedó prácticamente vacío de contenido.
“¡Irán nunca tendrá el arma nuclear!”, replicó en Twitter Donald Trump, cuyo país se retiró unilateralmente del acuerdo en 2018. Por su parte, los europeos, que siguen en el pacto, afirmaron «lamentar profundamente» el anuncio de Irán, que indicó que se desligaba de cualquier límite al enriquecimiento de uranio. Y mientras, en Teherán, una marea humana invadió este lunes las avenidas Enghelab (“Revolución” en persa), Azadi (“Libertad”) y sus alrededores, con banderas rojas (el color de la sangre de los “mártires”) o iraníes, pero también libanesas e iraquíes. Visiblemente emocionado, el ayatolá Jamenei pronunció una breve oración en árabe en la universidad de Teherán, ante los féretros de Soleimani, del iraquí Abu Mehdi Al Muhandis (número dos de la coalición paramilitar proiraní Hashd Al Shaabi) y de otros cuatro iraníes asesinados en el mismo ataque. Estimada en “varios millones” por la televisión estatal iraní, la multitud gritó “¡Muerte a Estados Unidos!”, “¡Muerte a Israel!”. Se quemaron banderas de esos dos países. Hombres y mujeres lloraban pidiendo venganza. Respuesta “devastadora” “Estúpido Trump, símbolo de estupidez y juguete en manos del sionismo (Israel), no piense que con el martirio de mi padre, todo terminó», advirtió Zeinab, la hija de Qasem Soleimani. “Nuestra respuesta debe ser devastadora. Debemos atacar toda base militar estadounidense en la región (…) todo lo que esté al alcance de nuestros misiles”, aseguró entre la multitud un iraní de 61 años que se identificó como Afjami.