Realizan danza por la lluvia en la Presa de La Boca

Santiago.- La danza prehispánica Tonatiuh, del Barrio Antiguo de Monterrey, fue otro de los grupos que, conforme a sus creencias y devoción, acudió a realizar “la danza de la lluvia” en el malecón de la Presa La Boca.

Los danzantes encabezados por Nora de la Cruz, arribaron al lugar ubicado en el municipio de Santiago, Nuevo León, alrededor de las 9:30 horas de este miércoles y con atuendos llamativos, tambores y ofrendas, comenzaron el ritual para atraer la lluvia.

“Señor de la más bella y blanca sabiduría, te pedimos permiso para realizar esta ceremonia, para agradecer las lluvias en tu honor…”, fue una de las frases utilizadas por la agrupación.

El grupo se formó desde el 2015 por migrantes y nativos de Nuevo León, así como por artistas independientes de danza, teatro, poetas, pintores, escritores y cineastas, quienes tienen como principal objetivo dar conocer las danzas prehispánicas desde el ritual ancestral y mantener el patrimonio cultural de México.

Ante la escasez de agua en las presas de Nuevo León, las danzas han sido utilizadas por la ciudadanía como una herramienta más para atraer a toda costa el vital líquido y dicha danza prehispánica no fue la excepción.

Los rituales, para los antiguos mexicanos, significaban una conexión con la naturaleza y el universo y los ancestros ofrecían ofrendas con danzas en un círculo, al sonido y cadencia del tambor, con maíz masculino y maíz femenino, flores, frutos traídos por agricultores de la región.

Por lo anterior, se describe a la Danza de la lluvia como una ceremonia para invocar a la lluvia y asegurar el éxito de la cosecha.

Cuenta la leyenda que Tláloc era venerado por los aztecas el primer mes del año y ellos le ofrecían tributo y agradecían su presencia en la vida cotidiana. 

El nombre de Tláloc proviene del “Tlalli” (tierra) y “octli” (néctar), por lo que el significado podría ser “el néctar de la tierra”.

La leyenda coloca a Tláloc como esposo de Chalchiuhtlicue, diosa del agua y del amor, así como de la belleza y de las aguas de los lagos, tormentas, mares y protectora de los navegantes, se dice que ambos personajes tuvieron muchos hijos, a quienes llamaban tlalocas o nubes del cielo y eran encargados de esparcir la lluvia.

Fuente: ABC NOTICIAS.

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