Prohibición de serie de Chente se suma a lista de producciones recortadas y canceladas en México

A unas horas de su estreno, la serie sobre la vida de Vicente Fernández no saldrá a la luz por supuestas violaciones en el derecho de marca, uso indebido del nombre y competencia desleal.

La orden judicial de suspender la transmisión de la serie «El último rey: el hijo del pueblo», sobre la vida de Vicente Fernández, que estrenaría el próximo lunes en Televisa, acrecienta el número de producciones en tv y cine que por diversas razones, nunca vieron luz o fueron recortadas cuando ya estaban al aire.

En este caso se trata de una biografía no autorizada por la familia del Charro de Huentitán fallecido en diciembre pasado, por lo que los herederos del cantante interpusieron una demanda alegando violaciones en el derecho de marca, uso indebido del nombre y competencia desleal.

Hasta ahora la familia Fernández no se ha pronunciado públicamente al respecto, pero Vicente Fernández Jr colgó en su cuenta de instagram la nota informativa de EL UNIVERSAL que la noche de ayer dio a conocer la resolución de un juez.

Tampoco Televisa y el productor Juan Osorio han fijado postura, mientras que miembros del elenco como Iliana Fox, quien da vida a la esposa de Chente, no han vuelto a postear cosas sobre «El último rey».

«No tengo madre» 

Telenovela de comedia protagonizada y dirigida por Eugenio Derbez en 1997. Sólo duró dos meses al aire, menos de la mitad del una producción promedio porque los rating no le favorecieron.

En ella el actor interpretó a un hombre que en el primer capítulo su mamá le revela que realmente es adoptado, por lo que decide ir en su búsqueda de la real.

Susana Alexander, Natalia Esperón, Andrea Legarreta y María Rubio formaron parte del elenco de este proyecto que en el camino cambió de título: el original «No tengo madre» se modificó hacia la mitad en «Ya tengo madre» y concluyó como «Ya valió madre».

«Si bien esta producción no tuvo el éxito que otras telenovelas pudieron gozar en aquella época, fue un claro ejemplo del talento que poseía Eugenio para reinventar género», se lee en una publicación oficial de Televisa.

«Atrévete a olvidarme»

Uno de los mayores fracasos de la llamada fábrica de sueños data del 2001. Pactada para 160 capítulos, sólo se llegaron a 55 al registrar un máximo de 10 puntos de rating, cifra mortal para una producción en horario vespertino que llegaba a conseguir más del doble y más si se toma en cuenta que su competencia directa, «Lo que callamos las mujeres» de TV Azteca, la superó siempre.

¿Las razones? Varias, dijeron en su momento: escenas subidas de tono , un elenco encabezado por Adriana Fonseca, Jorge Salinas Alexis Ayala que no generó química con el público y un argumento tachado de inverosímil como cuando un secuestrador deja huir a su víctima y luego la persigue o el momento en que uno de los personajes abraza al fantasma de su amor, pero con la pared.

La producción fue sustituida por el cheque al portador llamado «Mujer, casos de la vida real», de Silvia Pinal.

«El secreto de Alejandra» 

A fines de los noventa hablar de tráfico de órganos en televisión era impensable. Así que entre el 1 de diciembre de 1997 y el 2 de enero, se transmitieron los únicos 25 episodios de la telenovela protagonizada por María Sorté y Leonardo Daniel.

En los pasillos de Televisa se especuló en su momento que otro factor, quizá definitivo para la terminación temprana del productor, fue que la protagonista interpreta dos personajes distintos opuestos, aunque no hermanas,  algo similar a lo que meses después se vería en «La usurpadora» que terminó siendo un hit.

«La sombra del caudillo»

La película prácticamente llegó a una sala oficial cinco décadas después de su rodaje. Basada en el libro homónimo de Martín Luis Guzmán, ocupaba personajes de la posrevolución mexicana para mostrar los pactos, traiciones e intereses persistentes  en la política nacional.

Después del rodaje en los 60’s, su director Julio Bracho prácticamente fue vetado del medio cinematográfico, luego de que las autoridades federales decidieron enlatar la historia. Su hija, la actriz Diana Bracho, recuerda esos momentos terribles para su papá que no sabía estar fuera de sets.

En los 90 ‘s la película comenzó a verse en salas alternativas en una pésima copia y en algún momento un canal de televisión la transmitió, siendo grabada y vendida así entre la piratería.

En los albores de este siglo, por fin, logró tener una pequeña corrida en salas de arte y salió a la venta en DVD.

«Rojo amanecer»

Cuando Carlos Salinas de Gortari terminó de ver el filme en la sala de cine montada en la Residencia Oficial de los Pinos, se volteó hacia el productor Valentín Trujillo y lo felicitó, pero recomendó que para poder salir, eliminara la presencia del ejército en el filme.

El también actor, que había salvado económicamente el filme, aceptó quitar un minuto en el cuarto de edición donde, después de la matanza estudiantil, se veía a soldados pasar a un lado de quienes están lavando la sangre regada en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.

La escena fue restituida desde hace más de una década en versión DVD y mostrada al público en salas.

Fuente: EL UNIVERSAL.

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