«Nada más dio un fuerte suspiro y se desvaneció», contó entre sollozos Socorro Leyva al describir cómo fue que su tío murió en la sala de espera del Hospital General del ISSSTE que se localiza en la avenida Carlos Diez Gutiérrez de la capital de San Luis Potosí.
Don Albino, un profesor jubilado de 78 años de edad, fue llevado por su sobrina y su hija al área de urgencias del nosocomio debido a que presentaba dificultades para respirar y tenía dolor de garganta.
«No tuvieron compasión, eso es no tener corazón, lo dejaron morir, clamamos por ayuda y sólo nos decían que en un momento, pero nunca hicieron nada».
A más de una hora, el cuerpo de Don Albino seguía sobre la banca de la sala de espera del Hospital mientras el personal médico lo ignoraba.
A un lado su hija lloraba la muerte del hombre que le dio la vida.
«Hubo una doctora de nombra Esmeralda a quien le pedimos ayuda, que nos prestara oxígeno, pero cuando mi tío falleció corrió y ya no supimos de ella».
Días antes habían llevado a Don Albino a recibir atención médica pero tuvieron que regresarse a casa porque estaba lleno.
Los familiares del profesor jubilado piden justicia, se sancione la falta de humanismo y la negligencia médica, «porque hoy más que nunca se requiere de personal médico comprometido con la gente, con vocación de servicio y amor al ser humano, enfermeras y doctores sensibles al dolor ajeno, esta pandemia está evidenciando quién ayuda por ética y quien ayuda por dinero».
Fuente: El Sol de San Luis