Más de 1,400 migrantes han sido acusados de invadir territorio militar estadounidense, enfrentando sentencias de prisión de 18 meses como mínimo. Eso se suma a los cargps de ingreso ilegal que conllevan hasta seis meses de detención.

Señales de color naranja escritas en inglés y español que advierten que está prohibido entrar han sido colocadas por el Ejército de Estados Unidos en el desierto de Nuevo México, donde un muro fronterizo atraviesa campos de cebolla y ranchos resecos llenos de hierba y plantas de yuca.
El Ejército ha puesto miles de estas advertencias en Nuevo México y el oeste de Texas, declarando un “área restringida por la autoridad del comandante”. Los carteles son parte de un cambio importante que han puesto a las fuerzas armadas a participar en la vigilancia fronteriza como nunca antes.
La medida significa que largos tramos de la frontera están ahora bajo la vigilancia de bases militares cercanas, lo que faculta a las tropas estadounidenses para detener a personas que ingresan sin autorización a Estados Unidos y elude una ley que prohíbe a los militares aplicar las leyes civiles. Esto ha sido posible bajo la declaración de una emergencia nacional en la frontera que firmó el presidente, Donald Trump, en su primer día en el cargo.
Las autoridades estadounidenses sostiene que estas zonas militarizadas son necesarias para la vigilancia fronteriza y combatir las redes de tráfico humano y los cárteles de drogas.
Fuente: telemundo.